¿Debería ir al psicólogo? Si te estás planteando esta pregunta, quizás, puedas estar atravesando un momento difícil en tu vida, como una pérdida o una ruptura. Quizás, sientas un malestar emocional intenso que te afecta de forma significativa en tu día a día. Quizás no sepas muy bien qué te pasa ni por qué, pero te sientes desbordado/a y notas que no puedes manejar la situación. Quizás busques crecer personalmente o cambiar algún hábito de tu vida. Quizás, llevas tiempo sin dormir bien, quizás….
Al final, pueden existir tantos motivos para ir al psicólogo como personas, y todos son igual de válidos e importantes.
¿Ir al psicólogo significa que soy una persona débil que no sabe arreglar por sí misma sus problemas? Si también te estás planteando esta duda, déjame decirte una cosa: ir al psicólogo es un acto de valentía. Porque, sí, significa aceptar que tienes un problema y que necesitas una ayuda profesional para gestionarlo; pero aceptar y afrontar este hecho, denota mucha fortaleza. Ir a terapia significa ponerle nombre a tu problema, observarlo, identificarlo, entenderlo y buscar una solución. Significa poner todo tu esfuerzo y empeño por mejorar. Y esto es un proceso por el que no todas las personas están dispuestas a pasar. Así que, no, no hay que tener reparo en buscar ayuda, porque al fin y al cabo los psicólogos nos formamos durante años (y durante toda nuestra vida) para esto.
También, debo decirte que acudir a terapia puede ser un proceso largo. No es como acudir al médico, donde con una sola visita nos encontramos con la receta (literal y metafórica) para volver a estar bien. La terapia psicológica requiere tiempo, pero, sobre todo, requiere esfuerzo. Es un proceso activo, donde el cambio procede del cliente (y digo cliente y no paciente, porque paciente conlleva una denotación de pasividad).
Este proceso de cambio puede resultar complicado, exasperante y agotador, porque, al fin y al cabo, es plantarle cara a tu problema. Habrá momentos que no te gusten, habrá momentos en los que pienses “estaba mejor cuando mis problemas permanecían escondidos”, cuando no había que hacer el esfuerzo de verbalizarlos. Quizás, haya momentos en los que llores, quizás, incluso haya momentos en los que te plantees abandonar, dejar la terapia, porque te cueste ver los resultados que has logrado hasta el momento. Pero, aunque no te lo parezca, siempre habrás avanzado más desde el punto en el que empezaste. Poco a poco irás recorriendo el camino, hasta que un día te des cuenta, de que ya has llegado donde querías estar.
Como decía antes: sí, en terapia no todo va a ser un camino de rosas. Habrá sesiones difíciles, pero también habrá sesiones (muchas) muy gratificantes. Habrá sesiones de las que salgas con una sonrisa en la cara, con una dosis extra de motivación, queriendo comerte el mundo y sintiéndote muy orgulloso/a de ti mismo/a por todos los avances que has logrado desde que empezaste. Porque ir a terapia es un proceso gratificante y liberador. Muy liberador. Es invertir tiempo y esfuerzo en ti mismo/a, tenerte en cuenta, aceptarte, superarte, conocerte y, finalmente, amarte.
Es una aventura que te animamos a vivir, porque, al final, es un proceso de crecimiento, aprendizaje y desarrollo, que puede aportar mucha calidad a tu vida. Un proceso que puede ayudarte a ver, que las soluciones que creías necesitar han estado en ti desde el principio, solo hacía falta sacarlas a la luz.
Es un proceso en el que aprenderás, entre otras cosas, que no podemos controlar todo lo que nos gustaría, porque hay cosas que no dependen de nosotros/as, que la perfección no existe y, por tanto, exigírnosla a nosotros mismos no tiene sentido. De esta forma, aprenderás a aceptar este hecho y a poner el foco en ti, y en lo que sí está en tu mano para poder cambiar. También te darás cuenta de que no somos todo lo que pensamos, por mucho que así lo sintamos, y que reglas que creíamos que eran inamovibles, quizás sí pueden cambiarse sin que ocurra nada malo.
Lo mejor de todo, es que esto es solo el principio.
Así que, sí, si te estás planteando: ¿debería ir al psicólogo? Sigue indagando en esta dirección, y ojalá te animes a embarcarte en esta bonita aventura. Nosotros, desde luego, estaremos encantados de acompañarte en ella.
Inés Laso Castelo
Graduada en Psicología
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