¿Cuáles son los signos que deben alertarnos ante un caso de ludopatía?
Algunos signos que pueden llamar la atención y alertar ante la presencia de un problema de juego patológico están relacionados con el grado de implicación en el juego: necesidad de jugar cantidades crecientes de dinero, fracaso repetido en los intentos por controlar o interrumpir el juego, reiteración de las apuestas y de los comportamientos de juego pese a las pérdidas económicas sufridas (después de perder dinero se vuelve otro día para tratar de recuperar las pérdidas), ocultación del grado de implicación con el juego a familiares y seres queridos, comisión de actos ilegales (falsificación, fraude, robo o abuso de confianza) para financiar el juego, pérdida o grave deterioro en las relaciones interpersonales, trabajo o en otras ocupaciones.
Además de estos signos o comportamientos manifiestos, también suelen producirse otras manifestaciones que pueden ser solo perceptibles para el afectado: preocupación recurrente y excesiva por el juego, inquietud o nerviosismo cuando no puede jugar, utilización del juego como estrategia para evadirse de los problemas o del malestar emocional.
¿Es lo mismo ludopatía que adicción al juego? y ¿Existen cifras de la incidencia de la ludopatía en España y en Madrid?
Los términos “ludopatía”, “juego patológico” y “adicción al juego” son sinónimos y se utilizan indistintamente, aunque en ámbitos profesionales se prefiere el uso de los dos primeros, por evitar equívocos con los trastornos relacionados con el uso de sustancias. Conviene distinguirlos del “juego social habitual” (no problemático) y del “juego excesivo o problemático” (que no cumpliría todos los criterios de la ludopatía).
¿Qué consecuencias trae este problema en el ámbito del paciente?
Principalmente, su participación en el juego altera su funcionamiento cotidiano e interfiere en otras áreas de su vida (trabajo, aficiones, relaciones familiares y sociales). Presenta una frecuencia de juego y una inversión de dinero y tiempo excesivamente altas, las apuestas llegan a ser superiores a las planeadas, siente la necesidad subjetiva de volver a jugar para recuperar el dinero perdido (aumentando las pérdidas), puede solicitar préstamos y adelantos de dinero que difícilmente va a poder devolver; suele negar, ocultar o minimizar su implicación real en el juego, arriesga o echa a perder relaciones personales importantes u oportunidades profesionales.
¿Existen ‘grupos de riesgo’ más favorables a esta adición?
Como factores sociodemográficos relacionados con el juego patológico, se ha hallado en diversos estudios que en relación al género predominan los hombres sobre las mujeres (2:1), las edades más frecuentes son las comprendidas entre los 18-30 años, afecta predominantemente a personas con niveles de estudio más bajos y menor nivel adquisitivo, y que suelen residir en ciudades con mayor consumo de sustancias adictivas. No obstante, estos factores serían generales para el juego patológico en sí, debiendo particularizarse dependiendo del tipo de juego del que se trate (i. e. las máquinas recreativas son más utilizadas por la población más joven, los juegos de lotería son preferidos por el sector de más de edad de la población).
Entre los factores familiares, se han encontrado como aspectos más consistentes la presencia de juego patológico y dependencia de alcohol en familiares del jugador patológico.
Desde el punto de vista biológico, se especula sobre la existencia de una disfunción en el sistema noradrenérgico y serotoninérgico, alteraciones electroencefalográficas, así como una base genética que pudiera predisponer a desarrollar el problema (variante del gen receptor de la dopamina DRD2). En cualquier caso, son resultados inconsistentes y no dejan claro si pueden entenderse como causas o consecuencias del trastorno.
¿Cuál es la prevalencia en España?
El estudio epidemiológico más completo realizado en nuestro país (Becoña, 1991,1993) – referido a la comunidad gallega, aunque podría generalizarse al resto del país al coincidir con otros estudios realizados en distintas regiones españolas -, arroja una prevalencia promedio del 1,73% de jugadores patológicos y del 1.6% de jugadores problema (no cumplirían todos los criterios diagnósticos, aunque sí algunos). Estos datos son similares a los encontrados en estudios internacionales realizados en países como Canadá o EE. UU.
¿Se puede hablar de efectos específicos entre la población joven, que cada vez más se ve en las salas de juegos?
La edad a la que se inician la ludopatía oscila entre los 18 y los 30 años, siendo, por tanto, la población joven un grupo especialmente susceptible al desarrollo de los problemas relacionados con el juego. Pero también hay que considerar las preferencias en torno al juego, y en este sentido los jóvenes han solido inclinarse hacia las máquinas recreativas tipo A (aquellas que no dispensan premio económico) y juegos de cartas, siendo cada vez más frecuente su participación en juegos de casino on line. Tradicionalmente el juego en casinos ha sido más habitual en varones, de mayor edad, y pertenecientes a un nivel socioeconómico alto. En cualquier caso, las costumbres, como las modas, pueden cambiar con el paso del tiempo.
¿Qué camino hay que tomar para su tratamiento?
El primer paso consiste en que el afectado tome conciencia de la existencia del problema, ya sea reconociendo que su implicación en el juego resulta excesiva (en términos de tiempo, preocupación, dinero, o porque ocupa un lugar preferente entre sus intereses actuales) o a través de la consecuencias derivadas del mismo (endeudamiento, pérdidas económicas, problemas familiares, sociales o laborales). A tal fin, la familia y el entorno deben evitar el empleo de reproches, acusaciones o amenazas, que sólo contribuirán a que el afectado se refugie en el uso de la ocultación, el engaño y en la resistencia a aceptar que sufre un problema.
Respecto al tratamiento, debe seguirse una intervención psicológica, pudiendo acompañarse, según la gravedad del problema y/o la presencia de psicopatología asociada, de tratamiento psiquiátrico farmacológico. La terapia psicológica que ha demostrado ser más efectiva en estudios empíricos es la cognitivo-conductual.
¿Qué otros problemas asociados a la ludapatía se desarrollan en el afectado?
En las personas con juego patológico se ha observado una mayor frecuencia de trastornos del estado de ánimo, trastorno por déficit de atención con hiperactividad, abuso o dependencias de sustancias, y trastorno antisocial, narcisista u límite de la personalidad.
¿Puede un proyecto como el de Eurovegas elevar el número de afectados?
Si bien es cierto que la accesibilidad al juego sí parece aumentar las probabilidades de practicarlo, tampoco debe entenderse tal relación de manera lineal, pues en ella intervienen otras variables. Hay que considerar también factores predisposicionales, precipitantes y mantenedores de la conducta de juego de índole personal, que son los responsables, a la postre, de la instauración del problema de juego patológico.
Sería como plantearse que el aumento de estancos puede incrementar el número de fumadores. En este caso, quien acude a un estanco a comprar tabaco ya es fumador, o si se iniciara en el consumo de tabaco y acabara siéndolo, no sería por el estanco sino por los efectos de la sustancia.
¿Cómo puede afectar la apertura de dos casinos en un plazo de pocos meses en una ciudad como Madrid, donde hasta ahora no había ninguna?
En relación a la conducta de juego, la apertura de nuevos casinos o salas de juego constituye un factor que a priori incrementa la probabilidad de su práctica en la población general. En este sentido, se sabe que cuanto mayor sea la facilidad para acceder al juego (en términos de cercanía, localización, disponibilidad, pero también de aceptación social hacia el juego), mayor será la probabilidad de participar en él. Esto no determina la aparición de problemas con el juego, puesto que en su génesis intervienen también otros factores relacionados con la naturaleza del juego, características personales, y aspectos sociodemográficos.
José Antonio Tamayo Hernández. Psicólogo colegiado número: M-18960
Leave A Comment