La automedicación emocional y sus posibles moduladores: ¿Puede el ejercicio físico reducir el consumo de alcohol inducido por fenómenos tales como pérdidas importantes, frustración y situaciones aversivas que generan estados emocionales negativos?
Hoy presentamos una investigación realizada por la doctoranda Elena Castejón. Dicha investigación forma parte de su tesis doctoral y su aportación resulta de especial interés para la Psicología Clínica y General Sanitaria, debido a que está tratando de investigar si la realización de actividad física puede ser beneficiosa y complementar los tratamientos validados para una problemática conocida en nuestra sociedad: el consumo de drogas.
Algunas personas que sufren trastornos mentales o un sufrimiento psíquico intenso por diversos acontecimientos altamente estresantes (abusos sexuales, catástrofes naturales, conflictos familiares, pérdidas de un ser querido, etc.) pueden obtener poderosos efectos de alivio de sus síntomas desagradables mediante la administración de opioides, alcohol o benzodiacepinas. Estas sustancias pueden aliviar de manera rápida, aunque transitoria, los estados emocionales desagradables de ansiedad, insomnio, miedo, mal humor, angustia, preocupación, culpabilidad, depresión, etc. Una teoría que intenta explicar estos fenómenos es la hipótesis de la automedicación (Khantzian, 1985), la cual se centró́ originalmente en el hallazgo de la alta comorbilidad entre el abuso de sustancias psicoactivas y los trastornos de salud mental. Esta hipótesis postula que la incapacidad de una persona para tolerar los estados negativos es el causante principal para consumir sustancias. Así́, las personas que consumen drogas utilizan su droga elegida como una forma externa para modificar sus emociones.
En la presente investigación, Elena Castejón pretende avanzar en el conocimiento de los factores que pueden contrarrestar el consumo de alcohol promovido por situaciones de automedicación emocional. Concretamente, se propone analizar la influencia que la realización de actividad física pudiera tener en situaciones en las que el consumo de alcohol está inducido por el sentimiento de pérdida de un reforzador, dado que en estudios clínicos previos se ha comprobado que la actividad física es un factor que reduce la conducta adictiva, cuando se incluye dicha actividad en el plan de tratamiento de una adicción dada. La novedad de la propuesta que presenta la doctoranda radica en tratar de contribuir con datos experimentales a un mayor conocimiento de las bases genéticas y ambientales que pueden participan en el hallazgo clínico de que la realización de actividad física reduce el consumo de alcohol, puesto que no hay datos provenientes de investigación preclínica (o básica) a este respecto.
Por ello, en su proyecto, Elena Castejón está estudiando en ratas de laboratorio la posible influencia de conducta de correr en una rueda de actividad sobre el consumo de alcohol, teniendo en cuenta diversas condiciones experimentales, tales como las de: 1) el empleo de tres cepas de ratas que se diferencian por su reactividad emocional, impulsividad y búsqueda de sensaciones; 2) un mayor o menor enriquecimiento ambiental y social en las jaulas en las que habitan normalmente; 3) el hecho de que puedan existir diferencias de género (machos vs hembras); y 4) el estudio de las áreas neurobiológicas que puedan estar implicadas (circuito de recompensa).
En su primer artículo publicado en julio de 2022 (Castejón y cols., 2022) se obtuvieron resultados importantes. En primer lugar, se corroboró que las ratas que fueron sometidas a una situación de pérdida,bebieron una cantidad elevada de alcohol, frente a aquellas a las que no se sometieron a dicha condición, sugiriendo, pues, que utilizaron el alcohol para aliviar su frustración. Sin embargo, el resultado más importante se refiere al efecto reductor que tuvo la carrera voluntaria en una rueda de actividad sobre el consumo de alcohol, en el grupo de ratas que tenían acceso simultáneo a ambos estímulos (alcohol y actividad física).
En definitiva, y aunque los mecanismos que subyacen al impacto del ejercicio físico sobre el uso y abuso de drogas siguen sin estar claros, el hecho de que el ejercicio se prefiera al consumo de alcohol cuando ambos estímulos se encuentran a la vez, sugiere que la actividad física podría servir como un eficaz sustituto hedónico de las drogas.
En futuras investigaciones, Elena Castejón y su equipo tratarán de dar respuesta a este fenómeno de gran importancia debido a su posible inclusión en la práctica clínica en cuanto a consumo de sustancias de refiere.
Pueden encontrar el artículo publicado en el siguiente enlace:
https://psycnet.apa.org/record/2022-74114-001
Bibliografía:
Castejón, E., Fuentes-Verdugo, E., Pellón, R., & Torres, C. (2022). Physical activity reduces alcohol consumption induced by reward downshift. Experimental and Clinical Psychopharmacology. https://doi.org/10.1037/pha0000587
Khantzian, E. J. (1985). The self-medication hypothesis of addictive dis- orders: Focus on heroin and cocaine dependence. American Journal of Psychiatry, 142, 1259–1264. https://doi.org/10.1176/ajp.142.11.1259
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