Tendemos a subestimar la importancia de un buen ritmo de descanso para nuestra salud. Dormir es algo cotidiano y, cuando no hay ningún problema, ni siquiera nos fijamos en ello. Realizamos nuestras actividades diarias y, al terminar la jornada, nos metemos en la cama a descansar dispuestos a que comience un nuevo día. Pero ¿qué ocurre cuando este proceso tan cotidiano no es tan fácil?, ¿qué pasa si cada día ese merecido descanso se convierte en un problema?
Se considera un trastorno del sueño cualquier tipo de problema relacionado con dormir. Pueden agruparse en cuatro grandes tipos:
- Insomnio: son aquellos trastornos que afectan a la capacidad de conciliar el sueño y mantenerse dormido un tiempo suficiente. Pueden ser episódicos y durar un par de semanas o ser crónicos.
- Trastornos de los ritmos del sueño: afectan a la capacidad de mantener unos horarios uniformes de sueño, como por ejemplo cuando se viaja mucho o cuando se trabaja a turnos.
- Hipersomnio: afecta a la capacidad de mantenerse despierto durante el día. Las personas que lo sufren se sienten cansadas durante el día y/o necesitan dormir en exceso. Puede estar causado por diversas enfermedades (apnea del sueño, fibromialgia, obesidad, etc.) o ser parte de un trastorno como la narcolepsia, de la cual hablaremos en unas semanas.
- Parasomnia: son aquellas conductas inusuales durante el sueño que lo interrumpen y afectan a su calidad. Suele ser más común en niños como por ejemplo los terrores nocturnos o el sonambulismo.
Todos estos trastornos afectan a las personas en su día a día y, en general, a su calidad de vida. Durante el sueño el organismo aprovecha para regenerar tejidos y para consolidar la memoria y el aprendizaje que hemos obtenido durante el día. El hecho de estar teniendo problemas para descansar bien puede tener diversas consecuencias en el sistema nervioso que afectan a nuestro desempeño diario:
- Problemas de memoria
- Dificultad para concentrarnos
- Mareos y malestar
- Reducción del rendimiento físico
- Menor capacidad de atención
- Menor capacidad de aprendizaje
- Cansancio y dificultar para realizar tareas cotidianas
Además, si esto se mantiene en el tiempo puede tener consecuencias más graves, como puede ser un aumento del riesgo de sufrir accidentes. Según la DGT, entre un 15 y un 30% de los accidentes de tráfico están relacionados con problemas del sueño. También se puede llegar a desarrollar problemas de ansiedad, depresión y otros trastornos mentales ligados a la falta de sueño.
Si se nota algún síntoma lo mejor es acudir al médico y descartar cualquier causa orgánica. Una vez hecho esto pedir ayuda a un profesional de la psicología puede ayudarte a identificar el problema y prevenirlo ayudándote a gestionar una buena higiene del sueño.
Escarlata Patier Llop
Psicóloga sanitaria col. nº M-34.027
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