Los alumnos vuelven a clase, un espacio que los configura en modo on y los pone en contacto con la realidad del conocimiento. Pero ¿por qué no disfrutar de esto mismo leyendo, viendo series o hablando con los amigos? No poner un valor exacto en esa X del título y continuar con nuestro aprendizaje a través de cada actividad, posibilita permanecer en la escuela en vez de tener que volver.
Si hay algo evidente que ha traído la era tecnológica es precisamente la facilidad de encontrarse conectados y si esto es así, utilizarlo a nuestro favor se hace imprescindible. No desplazarnos a un lugar físico no significa que no podamos estar allí. La experiencia nos hace caminar de diferentes modos, a veces parecerán erráticos, pero nos conducen a partes donde no habíamos llegado. Aprender es una conclusión perfecta del entramado de vivir, lo que posibilita viajar a otros escenarios donde seamos también otras personas. Permitamos este cambio, liberarnos de nuestro aspecto esquemático de las cosas, descubrir al mundo que somos diferentes y que esa peculiaridad humana es hermosa.
No hay por qué entender una vuelta al colegio como una obligación, como una fase que quebranta la tranquilidad de las vacaciones, sino como una oportunidad que continúa en el tiempo si siempre aprendemos algo nuevo. Los alumnos de todas las edades pueden verlo, si se desea, como un juego diferente: probar, percibir, tocar el conocimiento y notar que esto los hace cambiar, que el sentido de la identidad no permanece hierático, sino que se transforma. Esto distancia la desazón de ver nuestras obligaciones como algo penoso y permite verlo como una ocasión de construir diferentes perspectivas.
Neimeyer (2011) dice que la terapia es una forma de intervenir en el significado. Esto quiere decir que ayuda a comprender la interpretación de las cosas, en vez de tener que modificar el pensamiento o la conducta en todo caso. Se trata de entender primero qué está representando el problema para quien consulta. Evidenciar el significado de algo puede ser difícil, pero necesario para alcanzar el bienestar. El fruto de un aprendizaje continuo favorece el acceso a los significados y esto genera más oportunidades para sentirnos bien.
Disfrutar de una escuela universal, de nosotros mismos, de nuestros sueños, de nuestras formas de relacionarnos…en definitiva, despejar incógnitas sumando ensayos a la vida, puede hacer que el mundo sea un lugar mejor. Concebir un Nuevo Año de sobresaliente.
Ana Muñoz Vélez
Licenciada en Psicología
Referencia:
Neimeyer, R.A. (2011). Psicoterapia Constructivista. Rasgos distintivos. Desclée De Brouwer.
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