El Mindfulness en el TDAH
¿Qué es el Trastorno por déficit de atención con/sin hiperactividad (TDAH)?
El trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH) es un trastorno de origen neurobiológico que suele llevar dificultades en el ámbito personal, social y académico de las personas que sufren. Los síntomas que presentan son:
– Inatención: se caracteriza por la dificultad para mantener la concentración y la atención en la misma actividad, cometer errores, desorganización, no planificación ni gestión del tiempo, olvido y pérdidas. Sobre todo, estas dificultades aparecen en las tareas rutinarias, aburridas y monótonas.
– Hiperactividad: se muestra por un exceso de actividad verbal o motora.
– Impulsividad: se caracteriza por la tendencia a actuar de manera brusca o no planificada, sin reflexión y sin tener en cuenta las consecuencias. Además, también muestran dificultades para alcanzar metas a medio y largo plazo, en demorar el refuerzo y en mantener alta la motivación. En muchas ocasiones se muestran impacientes y les cuesta esperar a su turno, y a veces responden a las preguntas antes de que terminen de formularlas.
Además, estos síntomas no se pueden explicar por otro trastorno del neurodesarrollo u otros trastornos mentales. Estos síntomas se deben presentar antes de los 12 años, y son de una intensidad y frecuencia superior a la normal para la edad y la etapa de desarrollo en la que se encuentra el niño.
Todo ello puede llevar a que sufran numerosos castigos, críticas, rechazos, llamadas de atención, etc. Por este motivo, en muchas ocasiones se ve afectada su autoestima, pueden sufrir sentimientos de culpa, inferioridad … Por otra parte, aquellos que presentan síntomas combinados pueden presentar problemas en el manejo de la ira y en la regulación emocional, lo que los puede llevar a tener problema en las relaciones sociales.
¿Cómo puede influir el mindfulness?
Los tratamientos más usados y con mayor efectividad demostrada han sido la terapia cognitivo – conductual y la medicación. Sobre todo, este último se ha convertido en el más usado en las últimas décadas. Sin embargo, se ha observado que solo tiene efectos a corto plazo, y que entre un 10 y 20% no consiguen adherencia al tratamiento farmacológico.
Desde la psicología, han surgido un gran interés en nuevos tratamientos como ha sido el mindfulness.
El mindfulness, es una práctica de tradición oriental, que consiste en la capacidad de estar atento a todo lo que está pasando en el momento presente (pensamientos, emociones y sensaciones corporales), manteniendo la propia consciencia en contacto con la realidad y darse cuenta de lo que está sucediendo, de forma intencional, momento a momento, y sin establecer juicios de valor.
En investigaciones que se han realizado en las últimas décadas, el mindfulness se ha sugerido como una alternativa loable para su uso con niños y adolescentes. Esto se ha reflejado en la implementación de forma rápida y progresiva en las escuelas como una manera de fomentar la inteligencia emocional.
Tal y como hemos mencionado, el mindfulness es una práctica que autorregula la atención y la emoción, lo que puede favorecer la mejora de los síntomas propios del TDAH. Diferentes estudios corroboran que el entrenamiento en mindfulness nos ayuda a centrarnos en el momento presente y, por tanto, contribuye a desarrollar nuestro control sobre la atención, nuestra capacidad de atención sostenida y disminuye las distracciones. Los resultados de estas investigaciones han mostrado resultados positivos en la sintomatología atencional e hiperactividad/impulsividad en el TDAH mediante la práctica del mindfulness. Además, también se ha encontrado resultados positivos en el ámbito académico, ya que, después de la práctica del mindfulness han mejorado en las tareas escolares.
Por otra parte, también las familias de pacientes con TDAH se pueden beneficiar de la intervención de mindfulness. De hecho, la intervención de los padres con niños diagnosticados de TDAH es muy importante porque pueden presentar mayores niveles de estrés que los padres de niños sin ningún tipo de diagnóstico. Estos síntomas en los progenitores pueden provocar mayores niveles de conflictividad en casa, y la forma de interacción con sus hijos pueden generar más enfrentamientos. Por ello, se ha comprobado que la intervención familiar con niños diagnosticados de TDAH, desde la perspectiva del mindfulness, puede mejorar la dinámica de interacción entre padres e hijos. Además, el hecho de que los propios padres conozcan el protocolo de las sesiones y las pautas de intervención, y las lleven a cabo en casa, puede constituirse en un modelo a seguir por sus hijos, favoreciendo la adherencia al tratamiento.
En conclusión, se puede decir que la práctica de Mindfulness es muy útil para mejorar la atención y reducir las respuestas impulsivas, así como mejorar la capacidad de la memoria de trabajo y el control cognitivo de los niños diagnosticados con TDAH, ya que, el mindfulness aporta a los pacientes, herramientas de autocontrol para mejorar su concentración y reducir la hiperactividad.
Bibliografía
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