Adicción a las compras

¿Cuál son los principales motivos que originan una adicción a las compras?, ¿la sociedad influye en este aspecto?

Al igual que en todo problema psicológico, habría que diferenciar entre los factores que pueden predisponer a la aparición de las “compras compulsivas”, de aquellos implicados en su precipitación y en el mantenimiento de las mismas.

Entre los predisponentes, se encuentran características personales y socioculturales que pueden aumentar la vulnerabilidad a padecer el problema. Elevada impulsividad, deficiente tolerancia a la frustración, búsqueda de satisfacción inmediata, baja autoestima, insatisfacción personal, valores consumistas imperantes en la sociedad, inducción de necesidades en los consumidores a partir de campañas publicitarias y modas, etc.

En los precipitantes podríamos situar acontecimientos que provoquen excitación (atracción, deseo) o estados emocionales intensos (euforia, ansiedad, tristeza, enfado, aburrimiento, sensación de vacío). Por ejemplo, anuncios publicitarios, ofertas de consumo, rebajas, observar el comportamiento de compra o los artículos adquiridos en otras personas. También una discusión, decepción  personal, inactividad, etc. En cualquiera de ellas, se producirían un cambio en el estado emocional cuya forma de regularlo se conseguiría mediante el refuerzo que produce el acto de comprar (más, incluso, que por el objeto adquirido), reduciendo el malestar o incrementando el disfrute momentáneo.

En cuanto a los mantenedores, podrían mencionarse los citados efectos reforzantes de comprar sobre el estado emocional, que fortalecen la conducta que los produce e incrementan la probabilidad de que se repita en el futuro ante circunstancias similares. A su vez, los remordimientos y el sentimiento de culpa que pueden surgir tras reconsiderar la compra realizada y juzgarla como innecesaria, pueden favorecer que se repita el proceso para aliviar el malestar, pese a crear “mala conciencia”.

¿Cómo podemos saber que tenemos un problema?, ¿cuáles serían los primeros síntomas a tener en cuenta?

Las compras compulsivas pueden llegar a constituir un problema que se ha denominado “adicción a los compras” u “oniomanía”. Funcionalmente, presenta síntomas muy parecidos a los de otro trastorno del control del impulso o de las adicciones sociales. El afectado presenta impulsos intensos y persistentes por comprar bienes de consumo que no necesita realmente, que experimenta como urgencia y encuentra difícil poder resistir, lo que conduce a gastos innecesarios y otros posibles problemas de índole familiar, social, y económica. Cuando el comportamiento de compra se desarrolla como respuesta frente a conflictos interpersonales o ante el malestar emocional, se convierte en una estrategia desadaptativa de afrontamiento que puede exacerbar los problemas que lo desencadenaron.

¿Es el perfil de la mujer más común que el del hombre en este tipo de adicción?

Los datos que circulan apuntan a una preponderancia del género femenino sobre el masculino de 8:2, aunque es de suponer que estos datos varíen según el país, la época y la edad de las muestras. Parece que en los últimos años se está equilibrando esta distribución toda vez que la compra no es un actividad reservada para la mujer y los varones (sobretodo los jóvenes y adultos de mediana edad) son clientes compradores en prácticamente cualquier sector.

¿Cuáles son los productos que más se compran en función del género?

Algunos estudios han hallado que los hombres suelen comprar impulsivamente elementos relacionados con el ocio y lo instrumental, mientras que en las compras impulsivas de las mujeres predominan elementos relacionados con las emociones y lo simbólico.

Conviene tener en cuenta que estos resultados son una generalización, por lo que se debe cometer el error de hablar de objetos o compras características de hombres versus mujeres.

 ¿Algún consejo a seguir en estas fechas?

La recomendación principal es conocer y ser consciente del móvil de la compra. No tiene nada de malo comprar sin necesidad (las necesidades básicas son reducidas y en una sociedad del consumo se crean “necesidades” superfluas en relación con el ocio, medios de comunicación, ropa, complementos, etc.) ni darse algún capricho, dentro de los límites de la poder adquisitivo real de cada cual.  Lo importante es que la compra no constituya un medio para satisfacer o aliviar otra “necesidad”, normalmente emocional, puesto que crea más problemas de los que resuelve.

Para seguir un consumo razonable y sostenible es necesario calcular el presupuesto real del que se dispone, planificar las compras que quieran realizarse y preguntándose por la razón de las mismas, y ordenarlas según su grado de importancia para asegurarse de que no se excede lo presupuestado.

José Antonio Tamayo Hernández.    Psicólogo colegiado número: M-18960

2017-10-25T21:24:21+00:00

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